La Navidad de Mafalda

Navidad y Fin de Año ... épocas asociadas siempre con una histeria a la que llamamos felicidad. Muy aparte de que mi familia casi nunca ha estado totalmente reunida para esas fechas, una "serie" de sucesos desafortunados han terminado de malograr este concepto para mi. A los 10 mi hermana se quemo una ceja con un silbador justo en la quema del mitico (y hasta esa fecha cómico) año viejo. Este evento terminó con esa costumbre para nosotras. Muchos años más tarde, a los 25, el auto de mis papas se quemó a vista y paciencia de todos los asistentes a una discoteca. El siniestro se concluyó como producto de algun tipo de descuido de parte de mis papas, aunque nunca se descartó que fuese una camareta mal parada. En otro año, aunque no estuve presente, supe que mis papas atropellaron "sin querer" a un motociclista que se les cruzó. Y este año .... este año me ha reconfirmado que en estas épocas resulta mejor quedarse en casa que salir, asi solo sea a comprar cigarrillos a la esquina.
Salí de la casa acompañada de mi progenitora, a quien cariñosamente llamaré de ahora en adelante Ma'. A pie, completamente feliz de gozar de su compañía para terminar las compras navideñas del 2007, al fin y al cabo su gusto suele ser impecable. Las dos juntas, tomadas de la mano cual Dorothy y cia. en el Mago de Oz, concluímos nuestras compras y salimos del centro comercial irradiando camaradería y satisfacción. Y ... comprar siempre otorga a las mujeres un placer de origen desconocido ... como una inyección de adrenalina, "has comprado mujer!! has cumplido con tu objetivo en este mundo!!"
Cruzar la calle fue lo que desencadenó esta historia. Totalmente desacostrumbrada a caminar por Guayaquil (resultado inequivoco de solo movilizarme en auto), cruzar las calles se ha convertido en mi privada odisea. No es así para Ma', quien alcanzó a cruzar rapidamente esta calle para mi catalogada como peligrosa mientras un bus le pisaba los talones, al mas puro grito guayaco de "crusha peladash, essshhte esh el momentoshhh". Yo, haciendo gala de mi acostumbrada "prudencia" regrese a la vereda, incapaz de exhibir esa misma valentia/porfiadez. Intenté cruzar sin poner en peligro mi integridad, pero en medio de la calle alcancé a divisar un auto a toda velocidad. A continuación, mi instinto me indicó que adquiera momentum a través de unos saltos dignos de las olimpiadas. Cuando al fin llegué a la vereda, completamente lista para abrazar cariñosamente a Ma' y continuar con nuestro romance familiar ... choque contra algo que no esperaba. Fue cuando todo se puso negro...
Al abrir los ojos, minutos después, ni siquera atinaba a aceptar que todo me estaba sucediendo a mi y no a otra persona. Los gritos y la aglomeración de gente, el dolor que lentamente se extendía por mi cuerpo y la sangre ... todo me sucedía a mi!! A mi que nunca me ha pasado nada mas grave que caerme de una bicicleta!! Tarde por lo menos 10 minutos en concluir la magnitud del suceso y en darme cuenta de su tonta naturaleza. Iendo a toda velocidad, mi rostro y mi pecho habían chocado contra un alambre que nunca ví, mi cuerpo había rebotado contra el asfalto y mi cabeza se había golpeado dos veces contra la vereda. Viendo todo en retrospectiva, dos cosas me impactaron fuertemente. Primero, darme cuenta de que, dado lo inesperado del accidente, no sentí dolor en el momento. Simplemente todo se apagó, no puedo evitar preguntarme si morir se sentirá igual. Y segundo, las cosas mas locas que pasaron por mi cabeza de camino a la clinica, sin saber la magnitud de las heridas pero con la certeza de que nada se encontraba igual que en la mañana. Pensé en mis papas, en mis amigos, en mis tareas y obligaciones inconclusas, en que quizás moriría y definitivamente pense en Dios, esa fuerza tan grande que nos rodea. Y puse mi vida en sus manos, porque nada más parecía tener sentido en ese momento. Cayo sobre mi el enorme peso de mi insignificancia y lo ironico de todo lo que consideramos importante.
Del aparatosisimo accidente salí con un brazo magullado que aún no puedo mover, moretones por todo el pecho y cuello, un ojo hichado entre morado y verde, una ceja abierta suturada con 5 puntos y el orgullo completamente salpicado de indignación... A aprender a cruzar las calles ... "peladashshsh" es el consejo muchos y el mío?? Mmmm.. no salgas en Navidad!!! ... y aprende a cruzar las calles...